jueves, 21 de abril de 2016

Harto de algunas difamaciones sobre la historia de Catalunya

Estoy harto de leer blogs que difaman sobre la historia de Catalunya, como éste: https://laverdadofende.wordpress.com/2013/06/05/180-anos-antes-de-la-llegada-de-jaime-i-valencia-habla-valenciano-y-cataluna-provenzal-frances/

Dice así: “Cataluña aún no existía, pero sus condados en el año 1030 eran franceses. Lo fueron desde el 801 en que Carlomagno los conquistó, hasta 1258 en que el Rey de Francia se los cambió a Jaime I por territorios aragoneses en el sur de Francia”.

En el 987 Hugo I Capeto, que se hacía llamar rex Francorum (rey de los francos), no de los franceses, instó al conde de Barcelona Borrell II a renovar los vínculos de vasallaje. Borrell NUNCA contestó a este requerimiento (Breve Historia de la Corona de Aragón, David González Ruiz).

Si tan francos eran los condados de Barcelona y sus vecinos ¿por qué Hugo I no hizo absolutamente NADA frente a lo que podría haber interpretado fácilmente como un acto de ‘sublevación’ de Borrell II? ¿Por qué el rey franco no invadió dichos condados para reafirmar su autoridad sobre estos feudos?

¿No es más razonable pensar que había un pacto tácito de cesión de autoridad debido a que esos territorios ya estaban cumpliendo por sí mismos el objetivo franco de frenar el avance musulmán? Además, el control imperial siempre suele debilitarse en la periferia y el Imperio Carolingio no fue una excepción.

Quiero citar un fragmento del libro La Edad Media: Siglos V-XII, de Julián Donado y Ana Echevarría, correspondiente a la asignatura del mismo nombre que imparte la UNED y que tuve la suerte de cursar: “En la Marca Hispánica, los condes catalanes, aflojados los lazos de dependencia frente a la monarquía carolingia, son de hecho independientes”.

Otro título recomendado en la bibliografía de esta asignatura, Atlas de Europa Medieval, de David Ditchburn, Simon MacLean y Angus MacKay, afirma: “Entre los años 1080 y 1180, Cataluña pasó de ser un conjunto de condados independientes unidos por débiles lazos dinásticos a convertirse en un principado unido bajo el mando del conde de Barcelona”.

Entonces ¿qué tengo que hacer según estos señores, ir a la Universidad NACIONAL de Educación a Distancia y pedirles que me devuelvan el dinero porque me han mentido?

Entiendo que el término ‘independencia’ genera polémica por el momento actual y porque se asocia a los estados modernos, cuyo origen se remonta al siglo XV. Sin embargo, las estructuras administrativas de los siglos X-XI nada tienen que ver con los estados modernos.

Admito que desde Catalunya se han difundido algunas lecturas históricas poco rigurosas como es el caso del término inexacto corona catalano-aragonesa o el intentar imponer la numeración de los condes por encima de la de los reyes de la Corona. Sin embargo, parafraseando a un compañero recreacionista, no se pueden combatir mentiras con más mentiras.

También veo más probable que la enseña de las cuatro barras procediera del reino de Aragón, pues es más lógico que en la unión de dos casales se impusiera un escudo real por encima de un escudo condal por una cuestión meramente jerárquica. No olvidemos que Ramon Berenguer IV fue príncipe de Aragón pero no rey. Al final, me parece absurdo disputarse una enseña que hemos compartido aragoneses, valencianos, mallorquines, sicilianos, sardos, corsos, atenienses y catalanes.

Respecto a la lengua, no soy lingüista, pero al final es cuestión de sentido común. Entiendo que llamar catalán a la lengua que se habla en la Comunidad Valencia, Baleares o la franja pueda llegar a resultar algo simplista, puesto que ‘catalán’ también es un gentilicio correspondiente a otra zona geográfica que no es la propia de estos territorios y llamarlo valenciano, mallorquín y aragonés también es una manera de reivindicar sus propias especificidades.

Además, hay que recordar que el occitano y el catalán fueron consideradas la misma lengua hasta el siglo XIII. Como catalanohablante, he visto algún vídeo en occitano y lo he entendido perfectamente.

La frontera entre dialecto y lengua es muy subjetiva, y podríamos estar mil horas discutiendo si fue antes el occitano, el valenciano o el catalán –por cierto, yo no he encontrado la famosa carta de 1060 dirigida por una residente árabe de Denia a la Condesa de Barcelona Almodis de la Marca en romance valenciano–.

Me quedo con una cosa: que entre un valenciano, un balear, un aragonés de la franja y un catalán nos podemos entender hablando el primero valenciano, el segundo mallorquín, el tercero aragonés y el cuarto catalán.

‘Disfrutar’ y ‘disputar’ son dos palabras que suenan parecidas pero que tienen significados diametralmente opuestos. Yo apuesto por disfrutar la historia común, no por disputárnosla. Me siento orgulloso de la historia de Catalunya y de la Corona de Aragón porque una no se entiende sin la otra y viceversa. La muestra fue un gran imperio en el Mediterráneo.

Orgulloso de volver a escuchar las palabras que Bernat Desclot atribuyó a Roger de Llúria: “No hay galera, ni barco, ni tan siquiera pez alguno que goce ir por el mar si no lleva un escudo con la señal del rey de Aragón en la cola”.

sábado, 16 de abril de 2016

El 'ora et labora' vuelve al Monasterio de Les Franqueses

Monasterio de Santa Maria de les Franqueses
Todavía siento en mi espíritu el gozo que me produjo haber asistido al peregrinaje del Monasterio de Santa Maria de Les Franqueses a principios de abril. Allí conseguí hacer penitencia por algunos viejos pecados y reconciliarme con el Señor.

Pues resulta que yo soy notario del Conde de Urgell Ermengol VIII y al enterarme que hacían un peregrinaje a Les Franqueses, decidí escribir a la abadesa para ver si podía asistir. Le confesé que de niño iba habitualmente con mis amigos a los alrededores del monasterio y nos entreteníamos haciendo travesuras a las pobres monjas, poniendo arañas en los hábitos tendidos o pimienta en las sagradas hostias. ¡Que Dios me perdone!

En fin, que solicité a la Abadesa si podía hacer la peregrinación y recibir la absolución de estos pecados que vienen de lejos. Berenguera de Rocafort aceptó y me impuso como penitencia escribir un documento notarial para una infeudación -ya os contaré ya, cómo se complicó la cosa-.

Al llegar a Les Franqueses me invadió una avalancha de imágenes de la niñez. Sentía las risas y las carreras delante de la abadesa, mientras nos gritaba: ¡arderéis en el infierno!

El sábado se celebró una comida multitudinaria en el refectorio del monasterio. En la mesa principal se sentaron las hermanas junto con los nobles y autoridades. Los peregrinos estábamos en las dos mesas restantes. Algunos comíamos con fruición, pues habíamos caminado durante muchas horas bajo un Lorenzo que ya empezaba a castigar.

La misa de la tarde fue especialmente emotiva. Entre los maravillosos cánticos de los juglares y los rayos celestiales que se proyectaban por los ventanales del ábside, sentir el éxtasis estaba al alcance del más incrédulo.

Las hermanas nos llevaron a los peregrinos a dar un pequeño paseo por los alrededores del monasterio. Allí fue cuando Berenguera confesó la dificultad de mantener tantas tierras y la necesidad de infeudar el monasterio para garantizar la supervivencia de la comunidad.

De hecho, justo después se llevó a cabo la ceremonia de infeudación, donde intervine como notario. Hubo momentos delicados de estira y afloja entre la abadesa y Pedro de Aula, el leridano que adquirió los derechos de explotación de las propiedades monásticas.

Uno me decía, -Cambia esto-, el otro, -Borra esto-. El escollo principal era la cantidad total de la operación. Que si 2.000 áureos es una cifra razonable y de aquí no bajo, que 1.600 es lo máximo que puedo ofrecer... La abadesa intentaba hábilmente jugar la carta de la absolución en favor de sus propios intereses:

Foto de Alberto Camacho.
-Intentar regatear a una abadesa no es la mejor manera de conseguir la salvación eterna, no creéis?- Finalmente, 1.800 áureos y 500 sueldos censales anuales. Cuando firmaron todos los testigos respiré aliviado. Al fin y al cabo, aquel contrato también sellaba el perdón de algunos de mis pecados.

El domingo, Miquel me invitó a unirme a una cacería por los alrededores del monasterio. A orillas del río hay unos caminos preciosos, donde la luz se filtra entre las copas de los árboles. Vimos huellas de jabalí y finalmente pudimos cazar uno con la ayuda inestimable de nuestro compañero Xavi, que se dejó la piel...

Fuimos a un tramo del río donde las rocas ofrecen unas formas sinuosas por el desgaste del agua y
donde se forman pequeños charcos cuando llueve. Alguien se imaginó que allí se debían bañar las monjas ... lo que provocó más de una sonrisa jocosa. Enseguida nos pusimos en marcha para borrar de nuestra mente estos pensamientos pecaminosos.

Bueno, dejemos atrás el 1219 y volvamos al 2016. Esta recreación en Santa Maria de les Franqueses fue el marco de presentación del grupo Recognoverunt Proceres, formado por Arnau Mir de Tost y las Dames de Salern. Colaboraron el Ayuntamiento de Balaguer y el Museo de la Noguera.

De hecho, el domingo se realizó una visita guiada al Monasterio por parte del Museo mientras los recreacionistas dábamos vida a las diferentes estancias del cenobio: el huerto, el despacho de la abadesa, la cocina, el telar y el escriptorium.

Al final, todos los peregrinos volvieron sobre sus pasos con el recuerdo de un rincón cargado de espiritualidad y paz. Así es el Monasterio de Santa Maria de las Franqueses.



domingo, 10 de abril de 2016

El 'ora et labora' torna al Monestir de les Franqueses

Monestir de Santa Maria de les Franqueses.
Encara sento al meu esperit el goig que em va produir haver assistit al peregrinatge al Monestir de Santa Maria de les Franqueses el passat cap de setmana. Allà vaig aconseguir fer penitència per alguns vells pecats i reconciliar-me amb Déu.

Doncs resulta que jo sóc notari del Comte d'Urgell Ermengol VIII i en assabentar-me que feien un peregrinatge a les Franqueses, vaig decidir escriure a la abadessa per veure si podia anar-hi. Li vaig confessar que de petit anava habitualment amb els meus amics als voltants del monestir i ens entreteníem fent entremaliadures a les pobres monges, posant aranyes als hàbits estesos o pebre a les sagrades hòsties. Que Déu em perdoni!

En fi, que vaig demanar a l'Abadessa si podia fer la peregrinació i rebre l'absolució d'aquests pecats que venen de llarg. Berenguera de Rocafort va acceptar i em va imposar com a penitència escriure un document notarial per una infeudació -ja us explicaré ja, com es va complicar la cosa-.

Al arribar a les Franquesses em va envair una allau d'imatges de la infantesa. Sentia els riures i les carreres davant de l'abadessa cames ajudeu-me, mentre ens cridava: us cremareu a l'infern!  

El dissabte es va fer un dinar multitudinari al refrectori del monestir. A la taula principal hi seien les germanes junt amb els nobles i autoritats. Els peregrins estàvem a les dues taules restants. Alguns menjàvem amb fruïció, doncs havíem caminat durant moltes hores sota un sol que ja començava a castigar.

La missa de la tarda va ser especialment emotiva. Entre els meravellosos càntics dels joglars i els rajos celestials que es projectaven pels finestrals de l'absis, sentir l'èxtasi estava a l'abast del més incrèdul. 

Les germanes ens van portar als peregrins a fer un petit tomb pels voltants del monestir. Allà va ser quan Berenguera va confessar la dificultat de mantenir tantes terres i la necessitat d'infeudar el monestir per tal de garantir la supervivència de la comunitat.





De fet, just després es va dur a terme la
Foto d'Alberto Camacho
cerimònia d'infeudació, on vaig intervenir com a notari. Va haver moments delicats d'estira i arronsa entre l'abadessa i Pere d'Aula, el lleidatà que va adquirir els drets d'explotació de les propietats monàstiques.

Un em deia, -Canvia això-, l'altre, -Això esborra-ho-. L'escull principal era la quantitat total de l'operació. Que si 2.000 aureus es una xifra raonable i d'aquí no baixo, que 1.600 es el màxim que puc oferir... L'abadessa intentava hàbilment jugar la carta de l'absolució en favor dels seus propis interessos: -Intentar regatejar a una abadessa no es la millor manera d'aconseguir la salvació eterna, no creieu?  Finalment, 1.800 aureus i 500 sous censals anuals. Quan van signar tots els testimonis vaig respirar alleujat. Al cap i a la fi, aquell contracte també segellava el perdó d'alguns dels meus pecats.

El diumenge, en Miquel em va convidar a unir-me a una cacera pels voltants del monestir. A la vora del riu hi ha uns camins preciosos, on la llum es filtra entre les branques dels arbres. Vam veure empremtes de porc senglar i finalment en vam caçar un amb l'ajuda inestimable del nostre company Xavi, que s'hi va deixar la pell...

Vam anar a un tram del riu on les roques ofereixen unes formes sinuoses pel desgast de l'aigua i on es formen petits tolls quan plou. Algú es va imaginar que allà es devien banyar les monges... el que va provocar més d'un somriure maliciós. De seguida ens vam posar en marxa, per bé d'esborrar de seguida els nostres pensament pecaminosos. 

Bé, deixem enrera el 1219 i tornem al 2016. Aquesta recreació a Santa Maria de les Franqueses va
ser el marc de presentació del grup Recognoverunt Proceres, format per Arnau Mir de Tost i les Dames de Salern. Van col.laborar l'Ajuntament de Balaguer i el Museu de la Noguera. De fet, el diumenge es va fer una visita guiada al Monestir per part del Museu mentre els recreacionistes donàvem vida a les diferents estances del cenobi: l'hort, el despatx de l'abadessa, la cuina, el teler i l'escriptorium.


Foto d'Alberto Camacho


Tots els peregrins van tornar sobre les seves passes amb el record d'un racó carregat d'espiritualitat i pau. Així és el Monestir de Santa Maria de les Franqueses. 


sábado, 27 de febrero de 2016

El castell de Sentmenat torna al segle XIII

Castell de Sentmenat
El passat 13 de febrer vaig tenir la sort de poder assistir a la recreació privada del Castell de Sentmenat, organitzada pels Templers del Comtat de Barcelona i l'Ordre de l'Espasa.

El castell em va donar bona impressió des del principi. La seva planta semicircular el fa molt atractiu a la vista. Però a més de la seva elegància, es tracta d'una fortificació molt funcional. De fet, va ser emprada des del segle XI fins el XVIII, així que no es pot demanar més. Bé, podríem dir que fins el segle XXI, ja que, com explicaré, també ens va oferir la seva protecció.

La nova eina d'en Miquel
A l'esplanada a peus del castell vam muntar la paradeta la gent d'Arnau Mir de Tost i les Dames de Salern. A la taula no faltava res: menjar en abundància, els licors excels del Xavi l'Alquimista, els embotits suprems de l'Albert i diferents tipus d'estris.

El Miquel ens va ensenyar noves eines, com una mena d'aixada corba per treballar la fusta o pedres de sílex per fer foc. I allà que es va posar a tallar un tronc per a fer una mena de bol. ¡És un manetes medieval!

Jo portava el meu petit escriptorium, precisament obra d'en Miquel. Vaig continuar el meu manuscrit d'una pàgina de la Bíblia de Sant Pere de Rodes del segle XI. ¡Vull el llibre per les quatre de la tarda! em deien de conya.

Al aixecar-se el vent vam haver d'anar dintre del castell a fer el dinar. Un gran forat al terra semblava fet expressament per fer unes bones brases. I és que estàvem cuinant precisament a les antigues cuines del castell. Era una escena certament enigmàtica. Les ombres crepitaven i semblaven ànimes que creixien a les parets.

Dames de Salern i Arnau Mir de Tost
Després d'un bon àpat i de petar la xerrada a la sobretaula -d'aquelles sobretaules que es gaudeixen perquè no hi ha presa de res-, a la tarda vaig animar-me a participar en un entrenament de les milícies de la Corona d'Aragó del segle XIII, organitzat pel grup Aliger Ferrum. Algunes de les cervelleres que duien estaven inspirades en les pintures murals del Saló del Tinell de Barcelona. Quin goig que feien! Semblava que les pintures haguessin cobrat vida.

¡Vaig gaudir com un nen! Vam muntar dues línees de llancers. Els que estàvem a primera línea havíem de fer cops de llança ascendents i els de darrera, descendents. Aquests últims havien de fer passar la llança per l'espai deixat entre els dos peons de la línea davantera. Era un exercici que exigia molta precisió.


Milícies i cavaller instructor preparant-se per l'entrenament
A la primera línea vam practicar una altra posició: posar l'extrem de fusta de la llança al peu dret i aguantar la punta en posició ascendent. M'imagino que aquesta era la manera de plantar cara a una càrrega de cavalleria de l'enemic, després de llençar algun dard quan hi eren aprop just abans de preparar la llança. Els que sou experts en la matèria ja em direu si és correcte.


El cavaller instructor cridava a l'ordre quan hi veia alguna cop de llança una mica dèbil, reclamant cops més contundents. I compte qui volgués fer broma, que s'emprenyava com una mona!

Després l'entrenament es va anar complicant. Als moviments de les llances es va afegir la marxa de la formació. El soldat que estava a la dreta del tot marcava el ritme. Primer a pas ràpid, després a galop i després la càrrega final. Aragoooooooó!


El castillo de Sentmenat vuelve al siglo XIII

El pasado 13 de febrero tuve la suerte de poder asistir a la recreación privada del Castillo de Sentmenat, organizada por los Templarios del Condado de Barcelona y la Orden de la Espada.

El castillo me dio buena impresión desde el principio. Su planta semicircular lo hace muy atractivo a la vista. Pero además de su elegancia, se trata de una fortificación muy funcional. De hecho, fue empleada desde el siglo XI hasta el XVIII, así que no se puede pedir más. Bueno, podríamos decir que hasta el siglo XXI, ya que, como explicaré, también nos ofreció su protección.

En la explanada a los pies del castillo montamos la parada la gente de Arnau Mir de Tost y las Dames de Salern. En la mesa no faltaba de nada, comida en abundancia, los licores excelsos de Xavi el Alquimista, los embutidos supremos de Alberto y diferentes tipos de utensilios.

Miquel nos enseñó nuevas herramientas, como una especie de azada curva para trabajar la madera o piedras de sílex para hacer fuego. Y allí que se puso a cortar un tronco para hacer una especie de bol. ¡Es un manitas medieval!

Yo llevaba mi pequeño escriptorium, precisamente obra de Miquel. Continué con mi manuscrito de una página de la Biblia de Sant Pere de Rodes del siglo XI. ¡Quiero el libro para las cuatro de la tarde! me decían de broma.

Al levantarse viento tuvimos que ir dentro del castillo a hacer la comida. Un gran agujero en el suelo parecía hecho expresamente para hacer unas buenas brasas. Y es que estábamos cocinando precisamente en las antiguas cocinas del castillo. Era una escena ciertamente enigmática. Las sombras crepitaban y parecían ánimas que crecían en las paredes.

Después de una buena comida y de una charla reposada en la sobremesa -de esas sobremesas que se disfrutan porque no hay ninguna prisa por acabar-, por la tarde me animé a participar en un entrenamiento de las milicias de la Corona de Aragón del siglo XIII, organizado por el grupo Aliger Ferrum. Algunos capacetes estaban inspirados en las pinturas murales del Saló del Tinell de Barcelona. ¡Que lustrosas quedaban! Parecía que las pinturas hubieran cobrado vida.

¡Disfruté como un niño! Montamos dos líneas de lanceros. Los que estábamos en primera línea teníamos que dar golpes de lanza ascendentes y los de atrás, descendentes. Estos últimos tenían que hacer pasar la lanza por el espacio dejado entre los dos peones de la línea delantera. Era un ejercicio que exigía mucha precisión.

En la primera línea practicamos otra posición: poner el extremo de madera de la lanza en el pie derecho y aguantar la punta en posición ascendente. Me imagino que ésta era la manera de hacer frente a una carga de caballería del enemigo, después de lanzar algún dardo cuando estaban cerca justo antes de preparar la lanza. Los que sois expertos ya me diréis si es correcto.

El caballero instructor llamaba al orden cuando veía algún golpe débil de lanza, reclamando golpes más contundentes. Y que no se te ocurriera hacer una broma, ¡que te clavaba una bronca del demonio!

Después el entrenamiento se fue complicando. A los movimientos de las lanzas se añadió la marcha de la formación. El soldado que estaba a la derecha del todo marcaba el ritmo. Primero a paso rápido, luego a trote y después la carga final. Aragoooooooón!
   

domingo, 3 de enero de 2016

La Seu més bella


Aquest Nadal he tingut l'oportunitat de gaudir d'una esplèndida visita a la Seu Vella de Lleida. El campanar només es podia intuir degut a la densa boira que envoltava el turó. Una boira que conferia a la catedral un embolcall de misteri i màgia.

De fet, els preciosos finestrals del claustre que miren a la ciutat només ens mostraven una blancor omnipresent, com si estiguéssim suspesos d'un núvol. Com si estiguéssim ja al paradís. De fet, aquest claustre és un autèntic paradís medieval.

Finestrals amb infinites formes geomètriques formen un calidoscopi que
transita del romànic al gòtic en perfecta harmonia. Capitells i cornises que prenen vida amb enfiladisses laberíntiques que tendeixen a l'infinit  i una àmplia mostra del bestiari medieval: aus amb cap humà, dracs amb ales de plomes... No podien faltar els motius religiosos, com un nen Jesús embolcallat. De fet, la Seu va acollir una relíquia singular: el Sant Drap, el primer bolquer del Messies. Cada racó, cada pedra d'aquest lloc em xiuxiueja, formant una simfonia meravellosa.



Vaig pujar amb el meu fill al campanar del segle XV amb uns gens menyspreables 60 metres d'alçada. A mida que pujàvem, li anava ensenyant els diferents senyals dels picapedrers. Precisament, es va entusiasmar quan va descobrir el perfil d'un martell. A dalt, ens van donar la benvinguda la Silvestra i la Mònica, les dues campanes que, tot i el pes de sis segles a sobre, segueixen tocant de manera enèrgica.

L'interior de l'església torna a oferir-nos un duet perfectament empastat entre
romànic i gòtic, el resultat del qual és la magnificència.

Pintures de la capella de Santa Margarida.
A la capella de Santa Margarida, trobem les pintures millors conservades de tota la catedral. Es tracta d'un calvari pintat pels volts de 1330, una data que queda palesa en alguns detalls de la composició com els preciosos vestits de les dones amb teles de colors vius. A la dreta trobem tres homes d'armes, també amb elements característiques de la època com l'escut triangular.

Un marxa de La Seu amb la sensació d'haver gaudit d'un festí per als sentits. Sens dubte, la Seu mes bella...


La Seu más bella

Esta Navidad he tenido la oportunidad de disfrutar de una espléndida visita a
la Seu Vella de Lleida. El campanario sólo se podía intuir debido a la densa niebla que rodeaba el cerro. Una niebla que confería a la catedral un halo de misterio y magia.

De hecho, los preciosos ventanales del claustro que se asoman a la ciudad sólo nos mostraban una blancura omnipresente, como si estuviéramos suspendidos en una nube. Como si estuviéramos ya en el paraíso. De hecho, este claustro es un auténtico paraíso medieval.



Ventanales con infinitas formas geométricas forman un calidoscopio que transita del románico al gótico en perfecta armonía. Capiteles y cornisas que toman vida con enredaderas laberínticas que tienden al infinito y una amplia muestra del bestiario medieval: aves con cabeza humana, dragones con alas plumadas... No podían faltar los motivos religiosos, como un niño Jesús arropado. De hecho, la Seu acogió una reliquia singular: el Santo Paño, el primer pañal del Mesías. Cada rincón, cada piedra de este lugar me susurra, formando una sinfonía maravillosa.

Subí con mi hijo en el campanario del siglo XV con unos nada despreciables 60 metros de altura. A medida que subíamos, le iba enseñando las diferentes señales de los canteros. Precisamente, se entusiasmó cuando descubrió el perfil de un martillo. Arriba, nos dieron la bienvenida la Silvestra y la Mónica, las dos campanas que, a pesar del peso de seis siglos encima, siguen tocando de manera enérgica.

El interior de la iglesia vuelve a ofrecernos un dúo perfectamente empastado entre románico y gótico, cuyo resultado es la majestuosidad.

Pinturas de la capilla de Santa Margarita.
En la capilla de Santa Margarita, encontramos las pinturas mejor conservadas de toda la catedral. Se trata de un calvario pintado alrededor de 1330, una fecha que queda patente en algunos detalles de la composición como los preciosos vestidos de las mujeres con telas de colores vivos. A la derecha encontramos tres hombres de armas, también con elementos característicos de la época como el escudo triangular.

Uno se marcha de La Seu con la sensación de haber disfrutado de un festín para los sentidos. Sin duda, la Seu más bella ...

sábado, 31 de octubre de 2015

Miravet, símbol de l'èpica templera

El castell de Miravet s'erigeix imponent sobre un turó des del qual es domina una magnífica panoràmica dels frondosos meandres del riu Ebre. De fet, és un dels millors exemples d'arquitectura romànica de transició de l'Orde del Temple a Occident i va ser la seu dels templers a la Corona d'Aragó.

Pati d'armes 
El pati d'armes es potser el lloc més emblemàtic del recinte. És fàcil imaginar-se als monjos-guerrers entrenant sota un sol de justícia. Fàcil quedar impressionat davant la seva resistència i contundència amb les armes. No oblidem que els templers eren els primers que entraven en batalla i els últims que es retiraven. Com devien imposar a les files enemigues amb els seus càntics de salms. Quin luxe seria poder fer en aquest escenari algun combat amb els companys recrecionistes de l'Ordre del Temple.

Refretor
Al voltant del pati d'armes, que sembla transportar-nos a una fortalesa de Terra Santa, es distribueixen les principals estances de la fortalesa, com un refetor amb volta de canó apuntada per on entra una llum tènue plena de misticisme. De fet, mentre els templers menjaven àpats frugals, un clergue llegia textos pietosos.

A les estances del primer pis es pujava per una escalinata de fusta que, en cas de proximitat de l'enemic, es podia desmuntar per dificultar-ne l'accés a la planta noble.
Església del castell

Una galeria dóna a l'església romànica, marcada pel seu aspecte auster com marcava la regla templera. A una de les seves cantonades hi trobem l'escala de cargol a través de la qual es puja a la terrassa. Des d'allà la vista és impressionant. És fàcil imaginar les vestes blanques dels cavallers i negres dels sergents onejant al vent, igual que l'ensenya de l'Ordre.

Què devia passar pel cap d'aquells homes durant el setge de 1307 i 1308 a mans del rei Jaume II? Ho havien donat tot pel Cristianisme, s'havien convertit en un aliat fidel a la Corona, participant de manera decidida a les conquestes de places musulmanes com Lleida o Fraga, havien educat al petit Jaume I... i ara se'ls tractava com criminals. Quin glop més amarg per aquells homes.

Sort que aquí almenys Jaume II va declarar finalment l'absolució dels templers i va atorgar a aquells homes una pensió vitalícia. Potser perquè n'era conscient de la gran injustícia que el rei francès Felip IV i el Papa Clement V havien comés amb aquesta organització.

Però aquí segueixen dempeus aquest murs, desafiadors, per recordar el sacrifici d'uns homes que van resistir la injustícia amb dignitat.


Miravet, símbolo de la épica templaria
El castillo de Miravet se erige imponente sobre un cerro desde el que se domina una magnífica panorámica de los frondosos meandros del río Ebro. De hecho, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica de transición de la Orden del Temple en Occidente y fue la sede de los templarios en la Corona de Aragón.

El patio de armas es quizás el lugar más emblemático del recinto. Es fácil imaginarse a los monjes-guerreros entrenando bajo un sol de justicia. Fácil quedar impresionado ante su resistencia y contundencia con las armas. No olvidemos que los templarios eran los primeros que entraban en batalla y los últimos que se retiraban. Cómo debían imponer sus cánticos de salmos a las filas enemigas... Qué lujo sería poder hacer en este escenario algún combate con los compañeros recreacionistas de la Orden del Temple.

Vista del patio de armas
 desde la terraza
Alrededor del patio de armas, que parece transportarnos a una fortaleza de Tierra Santa, se distribuyen las principales estancias de la fortaleza, como un refectorio con bóveda de cañón apuntado por donde entra una luz tenue llena de misticismo. De hecho, mientras los templarios realizaban su frugal refrigerio, un clérigo leía textos piadosos.

A las estancias del primer piso se subía por una escalinata de madera que, en caso de proximidad del enemigo, se podía desmontar para dificultar el acceso del mismo a la planta noble.

Galería de entrada
a la iglesia
Una galería da a la iglesia románica marcada por su aspecto austero, como marcaba la regla templaria. En una de sus esquinas encontramos la escalera de caracol a través de la cual se sube a la terraza. Desde allí la vista es impresionante. Es fácil imaginar las túnicas blancas de los caballeros y negras de los sargentos ondeando al viento, al igual que la enseña de la Orden.

¿Qué debía pasar por la cabeza de aquellos hombres durante el asedio de 1307 y 1308 a manos del rey Jaime II? Lo habían dado todo por el Cristianismo, se habían convertido en un aliado fiel a la Corona, participando de manera decidida en las conquistas de plazas musulmanas como Lleida o Fraga, habían educado al pequeño Jaime I... y ahora se les trataba como criminales. Qué trago más amargo para aquellos hombres.

Suerte que aquí al menos Jaime II declaró finalmente la absolución de los templarios y otorgó a
aquellos hombres una pensión vitalicia. Quizás porque era consciente de la gran injusticia que el rey francés Felipe IV y el Papa Clemente V habían cometido con esta organización.

Pero aquí siguen en pie este muros, desafiantes, para recordar el sacrificio de unos hombres que resistieron la injusticia con dignidad.